Ante todo, millones de jóvenes están comenzando sus vidas sexuales. Ellos necesitan aprender qué hacer y cómo hacerlo. En segundo lugar, todavía hay millones de adultos que hacen el amor como los hombres y las mujeres de la Edad de Piedra. Quién sabe por qué, el mensaje de que el sexo puede ser una experiencia fantástica no ha penetrado aún. Y, finalmente, muchas personas siguen confundidas por mitos sexuales. Por lo tanto, aunque la necesidad de
un libro como este ha disminuido desde que salió a la luz por primera vez — especialmente en el caso de los cientos de miles de personas que lo compraron en los Estados Unidos, o lo adquirieron en uno de los 26 idiomas
a los que se tradujo—, mi misión de instruir sobre un buen desempeño sexual aún no ha llegado a su fin.